Juventud

Em Junho e Julho de 1927, o filósofo espanhol José Ortega y Gasset publicou no jornal madrileno El Sol dois breves ensaios, o primeiro sobre as épocas juvenis (isto é, as que privilegiam as primeiras idades do ser humano – infância e juvenilidade – sobre a maturidade e a velhice) e o segundo sobre as épocas femininas (que se organizam em torno dos valores femininos). Porque me parece que a nossa época é juvenil e (começa a ser) feminina, parece-me de inegável interesse recordar aqui estes dois textos. O primeiro, sobre a juvenilidade (e puerilidade), pode ler-se em baixo. O segundo, relativo à polaridade masculino/feminino, será disponibilizado em breve.

OrtegayGasset2

JUVENTUD

I

Las variaciones históricas no proceden nunca de causas externas al organismo humano, al menos dentro de un mismo período zoológico. Si ha habido catástrofes telúricas – diluvios, sumersión de continentes, cambios súbitos y extremes de clima –, como en los mitos más arcaicos parece recordarse confusamente, el efecto por ellas producido trascendió los límites de lo histórico y trastornó la especie como tal. Lo más probable es que el hombre no ha asistido nunca a semejantes catástrofes. La existencia ha sido, por lo visto, siempre muy cotidiana. Los cambios más violentos que nuestra especie ha conocido, los períodos glaciales, no tuvieron carácter de gran espectáculo. Basta que durante algún tiempo la temperatura media del año descienda cinco o seis grados para que la glacialización se produzca. En definitiva, que los veranos sean un poco más frescos. La lentitud y suavidad de este proceso da tiempo a que el organismo reaccione, y esta reacción dentro del organismo al cambio físico del contorno, es la verdadera variación histórica. Conviene abandonar la idea de que el medio, mecánicamente, modele la vida; por lo tanto, que la vida sea un proceso de fuera a dentro. Las modificaciones externas actúan sólo como excitantes de modificaciones intraorgánicas; son, más bien, preguntas a que el ser vivo responde con un amplio margen de originalidad imprevisible. Cada especie, y aun cada variedad, y allí cada individuo, aprontará una respuesta más o menos diferente, nunca idéntica. Vivir, en suma, es una operación que se hace de dentro a fuera, y por eso las causas o principios de sus variaciones hay que buscarlos en el interior del organismo.

Continuar a ler